Buenos días, no hay lugar mejor para rendir homenaje y despedir al que ha sido durante un lustro nuestro sacerdote que este, la iglesia, nuestra parroquia, sin quitar protagonismo alguno a los mayordomos y por supuesto a nuestro Santísimo Cristo, creo que ser agradecido es de ser bien nacido y el pueblo de Casares lo es.
Angel Luis llegaste a Casares, nuestro pueblo, con la expectación de una nueva andadura en tu vida, era tu primer destino como sacerdote, las Hurdes, esa tierra lejana para algunos y tan cercana y querida para todos nosotros, venías al balcón de Extremadura a hacer repicar las campanas en el campanario más bonito que podías imaginar, ligero de equipaje, desprendido, dispuesto a dejarte envolver por sus gentes y a dejar seguramente lo mejor de tu vida, tus mejores años, tu juventud, eso sí con las ideas claras: Ser amigo de todos y fomentar valores como la solidaridad, la amistad y la tolerancia.
Angel Luis te has hecho ver y notar con tu modestia presencia, te has dejado querer, te hemos visto al lado del enfermo, les has visitado en sus casas, en el hospital de Plasencia, Cáceres o Salamanca haya donde estaban, también has estado al lado de los más jóvenes, con ellos has compartido tardes de café y has visto partidos de fútbol, supiste aguantar con templanza los chascarrillos por eso de ser del Barsa. Trabajador, dispuesto a ayudar siempre, has cogido cerezas, aceitunas, has sacado patatas.
Has compartido en la misma mesa nuestras alegrías y celebraciones también y por desgracia la tristeza que supone la pérdida de nuestros seres queridos, por tus homilías en las que les rendías homenaje decir que te has documentado bien, conocías de las raíces de tus feligreses, sé que se os prepara a los curas para aguantar las emociones y no expresar sentimientos, pero te has identificado tanto con este pueblo, con su gente que te has emocionado hasta el punto de tener que parar en alguna homilía para coger aliento y poder continuar.
Has hecho posible que el salón parroquial recobrase vida con ese grupo de mujeres que reunías algunas tardes para charlar, hacer actividades o alguna visita a Cáceres, seguro te echarán de menos, o con la cesión a la Asociación de mujeres el Canchal para sus ensayos y reuniones. Implicado siempre con los más necesitados movilizaste a otro grupo de hombres y mujeres para colaborar con Cáritas Diocesana.
Uno más entre todos los demás, dispuesto a fomentar todo aquello que aportase vida y alegría a nuestro pueblo no puedo menos recordar que la Virgen de la Peña de Francia hiciese parada y recorriese las calles de mi barrio, las Heras, por primera vez.
Angel Luis esto no es otra cosa que una ténue muestra de cariño y la estimación personal propia y seguro de todos los presentes y ausentes. Así te recordaremos y te agradecemos tu breve pero fructífera estancia en Casares de las Hurdes.
Gracias por todo lo que aquí en nuestro pueblo dejaste y aportaste, que sepas que siempre que te apetezca hacer una visita aquí tendrás una puerta abierta y serás bien recibido.
Para terminar Casares desea que en tu nuevo destino te vaya sencillamente como se merece un hombre de bien, GENIAL. Gracias. 14/09/2014.
