2ª Ruta al Charco la Serpiente. 3-agost.19.
No siendo la época del año más propicia para hacer esta ruta, de solana, más teniendo en cuenta la escasez de precipitaciones de este año pero movidos por la curiosidad de hacer el camino nuevo que se ha abierto hasta alcanzar el charco de la Serpiente y seguros que algo nuevo nos enseña este cañón en el que se encuentra enclavado el Río "Jurde", llenamos el morral (mochila) con agua del chorrituelo de la Batuequilla, un chorizo de la matanza, media barra de pan, navaja y cámara, no pueden faltar.
A primera hora de la mañana |
A las siete de la mañana en la curva del calvario, un despertador que no suena y partimos pasados diez minutos, fresca la mañana de momento, dejamos el arroyo del Bujón, y pista adelante alcanzamos el camino que hemos de tomar que es el de la ruta al Collao, tres kilómetros de recorrido por el mismo, encima los restos de la majá de los forosos y cogemos la senda que sale a la izquierda, “lorenzo” empieza a calentar. Tratamos de rememorar la vida de nuestros antepasados por estos lares con el ganado y damos rienda suelta a nuestra imaginación, por qué no hacer noche en una majá? Por colchón unos helechos y de techo/ sin techo una enorme bóveda azul celeste cubierta de estrellas con la luna creciente al fondo sobre la Gineta nos arropa.
Restos de una "majá" |
alcanzamos la peña el Huevo, el silencio se apodera, subida corta pero intensa para salvar las curvas de nivel del terreno, y comienza una bajada entre encinares y pinos que su sombra bien nos viene y comienza la música, deleite para los sentidos, ese murmullo de aguas que nunca defrauda, el agua del río Jurde, siendo las 10.47 horas alcanzamos el objetivo, el Charco de la Serpiente, paraíso de leyendas, leyendas de cabreros, de serpientes, leche y cabritos de otros tiempos, de agua que hoy también fluye y se descuelga de lo alto hasta caer en la poza en la que nos refrescaremos y en la que a sus pies vaciaremos el morral para bien almorzar. El regreso lo hacemos río abajo por el camino que ya conocíamos, disfrutamos del verde de los acebos en esta época sin frutos pero frondosos hasta bajar a la primera toma de agua, descubrimos a través de un agujero el algibe que construyeron en mitad del cauce del río para la recogida de agua, cruzamos el río y cogemos de nuevo la pista.
Ruta circular de unos trece km. que no te puedes perder, si necesitas desconectar simplemente piérdete en ella, déjate guiar por tus pies y embebe te del susurro de las aguas del Río "