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Casares de las Hurdes, CÁCERES, Spain
Pedanía de Casares de las Hurdes

domingo, 25 de marzo de 2018

RUTA DE ALFONSO XIII. 18 de marzo de 2018.


Recorriendo viejas Sendas. Domingo 18 de marzo de 2018.

Esta vez ruta programada, he de decir que bien organizada, en esta ocasión no solo con el bastón de compañero, hoy me acompaña mi hija, María, de quien partió la idea de inscribirnos y a la cual no fui capaz de convencer de que era un camino largo y duro. Ella, tenaz, testaruda, no se rinde tan fácilmente, y sobre todo constante en sus pretensiones, no cambies hija y seguro que conseguirás alcanzar todas las metas que te propongas por duro que sea el recorrido, además más de 200 senderistas y paisanos.

Patearemos lo que en otros tiempos fuese camino de reyes, de ahí el nombre de la ruta, “Ruta de Alfonso XIII”, nosotros la hacemos en sentido contrario, pues el monarca salió de Casares de las Hurdes y nosotros salimos de las Mestas, la finalidad de su viaje y el nuestro nada tienen que ver.

Salimos de Casares después de tomar un café en el Bar el Cruce, recogemos las acreditaciones en los portales del Ayuntamiento a las 8:00, nos trasladamos en autobús hasta las Mestas y la organización en el trayecto nos da unas ligeras pinceladas de lo que va a ser la ruta y de los puntos de avituallamiento y control que tienen ubicados para cualquier incidente que pueda surgir, los primeros saludos de amigos, paisanos y vecinos incluso de Cáceres que también se han apuntado hacer la ruta, el día promete.

A las 9:00 sale la comitiva de las Mestas, la de hoy, de senderistas, en el cruce con la carretera de la factoría el punto de salida, tomamos la estrecha calle del olivar para coger la carretera de nuevo en dirección al charco la Olla, piscina natural, e inmediatamente a la derecha sale una senda, comienza la verdadera aventura, por delante 25 km. hasta alcanzar de nuevo Casares de las Hurdes, mi pueblo, el balcón de Extremadura, las botas saborean la húmeda tierra, intensas lluvias días atrás y ayer nevaba. El primer tramo de unos 6 km. hasta llegar a la pedanía de Cabezo se hace bien, una pequeña subida de un cortafuegos y llaneando por una pista forestal, da para hablar con los paisanos y decirle a María y a mi amiga Ana que más despacio, que queda mucho camino, por cierto, Ana, ¡cómo andas, cómo caminas!. Pinar y monte bajo nos arropan en este tramo de la brisa que desprende todavía la mañana, saltamos la vertiente del Cid para empezar a bajar hasta Cabezo dejando a nuestra izquierda antes de llegar a la carretera el Campo Santo, en la plaza de la Iglesia nos esperan para hacernos entrega del pasaporte o sellarlo el que disponga del mismo, pues es una de las 17 rutas senderistas que componen el Circuito Extremeño Camina Extremadura 2018, botellita de agua y continuamos.

Salimos de Cabezo hacia la parte alta y sin dejar sus casas atrás una pendiente considerable nos espera, alcanzaremos los 1031 mtrs. sobre el nivel del mar, el primer tramo lo hacemos varios senderistas juntos, un grupo de quince o veinte, el grupo se desvertebra de tal manera que no volveremos a ver más que a lo lejos algunos senderistas y detrás nuestra a nadie, que haberlos los hay, María se agobia, ella diría papá, ¡que no, que no puedo, que no respiro!, yo, poco a poco, despacito, tomamos aire por la nariz y lo soltamos por la boca, y seguimos, comienza a coger de nuevo fuerzas para seguir subiendo, tramo duro, muy duro y en el que solo se escucha el canto de algún gorrión y la ayuda de algún senderista a su mujer dando ánimo. Cruzamos valles que bajan agua cristalina, el regato de los Labradillos, nos introducimos en una zona de encinares cuyos troncos están cubiertos de almohadillas verdes de musgo, y el suelo cubierto de rollos, piedras blancas y de colores con las cuales han hecho un tramo empedrado que solo lugareños pueden realizar, colocadas como si de un puzzle se tratara cada pieza en su lugar, pasamos el Espigón, las Migas Malas y en la cuerda de la sierra el Montón de Trigo, el Pico Mingorro, el Rongiero, que delimita los vecinos y extensos llanos de las tierras de Castilla. Aquí, donde solo se respira libertad, lejos en medio de la nada, solo el sonido del viento y la vista en el más allá, sin palabras. Un abrazo padre e hija, agua, una chocolatina de la mochila, una foto, un beso a María y esto está conseguido. Estamos en el ecuador de la ruta, ahora se inicia un tramo de bajada hasta la localidad cabeza de concejo, Ladrillar, el reloj da el medio día, la organización tiene dispuesto en la plaza piezas de fruta, dulces y agua, cogemos una galleta y pasamos a serpentear el río de Ladrillar aguas arriba, bajan bravas y recias, limpias y cristalinas, en este tramo nos cruzamos con “el rey Alfonso XIII, montado a caballo” ellos salieron de Casares hacia Mestas, una ruta llena de sorpresas, la organización lo tiene bien preparado, nos llevan a otra época. El objetivo es alcanzar ahora la pedanía de Riomalo de Arriba, por cierto la ruta está perfectamente señalizada con sus hitos y balizas, en este tramo descansan las aguas de los arroyos de Labrados, del arroyo de la Viñuela o el regato de la Quemada que vamos sorteando. Ha pasado una hora y estamos entrando en Riomalo de Arriba, pedanía de encanto particular, a lo lejos unas señoras sentadas en el poyo de la puerta de una casa zurciendo unos trapos, y exclamo, ¡María que alegría todavía vive gente aquí! Cuando me acerco y compruebo que se trata de otra escena, La asociación de mujeres de Casares participa también en la ruta, se han vestido como antaño, más adelante en el arroyo nos esperan las lavanderas, una señora hilando al calor de la lumbre, fuego que cuece un puchero de berzas.

Da comienzo el último tramo de ascenso de la ruta, para mi el más bonito, en el alcanzaremos los 1135 mtrs. de altitud, hasta coronar el Pico de las Carrascas, ubicado el mirador que da vista a los dos valles hermanos, Valle del río Hurdano, y el Valle del río de Ladrillar, es un tramo corto en distancia, no llega a los dos km. exuberante en vegetación, un continuo zig-zag lleno de jaras, tomillos, lentiscos y brezos, el sendero justo para las botas flanqueado por dos regatos a derecha e izquierda, topónimos que desconozco, te invitan a parar a disfrutar de la melodía de sus aguas, a coger aire y embeberte de los aromas que desprende el lugar.

Siendo las dos del medio día alcanzamos el Pico las Carrascas, otro punto de control, aquí ya huele a Casares, el aroma de la paella levemente se deja sentir, frío sudor en la frente y comenzamos el descenso hasta la pista de las Sanas por el cortafuegos, y siguiendo el itinerario dejamos atrás el camino de las Rocorchas para seguir el camino del Rizoso hasta el Lombo Labrao, saltamos el arroyo de las Sigales y entramos en la pedanía de Carabusino, bajamos hasta la madre del agua, de ahí hasta la calle de tía Florina, las agujas del reloj marcan las tres y 10 cuando cruzábamos la línea de meta, objetivo conseguido, orgulloso de ti mi niña y deseando poder disfrutar de muchas más mañanas como esta, preciosa ruta.

Rico arroz elaborado por el cheff del Restaurante Montesol, actuaciones de danza y tamboril, y exposición fotográfica adornan la Plaza de Casares de las Hurdes para rematar la jornada.

Felicitación y agradecimiento a la Organización y a todos los colaboradores que lo hicieron posible.