A las tres de la madrugada del día 24 de Noviembre Domi se dormía eternamente, lentamente y sin dar un solo jipío nos dejaba.
Tenía que decir algo al terminar la misa-funeral que el amigo Angel Luis celebraba con una homilía que en mi opinión, no podía ser mejor, ni más bonita, como buen pastor conoce bien a su rebaño, Gracias por haber subido a celebrar la misa-funeral Angel Luis.
Era complicado hablar en aquellos momentos en los que la voz se llenaba de lágrimas, la rabia y la tensión se apoderaban de uno al tiempo de mezclarse con la sensación que trasmite la solidaridad de todo un pueblo, Casares de las Hurdes estaba de luto.
Un bonito día colorido del otoño lo cubría un enorme manto gris, un nublado que no dejaba que nuestras pupilas pudiesen ver el sol, era la nostalgia de haberle perdido.
Bohemio, soñador, alegre, desprendido, bromista siempre con sus chascarrillos, amante de Sabina, optimista, qué forma de ver las cosas, la vida, nada era serio y cuanta razón tenías, seguro que la campana del consultorio de Carabusino te echará de menos, nosotros tu familia no te olvidaremos, tus hermanos, tu mujer, loly, los niños, yo y toda esa familia de la que te rodeaste en tu paseo terrenal.
El mejor homenaje es deleitar a todos los presentes con un poema de esos que te salían, te decía que repitieses y ya se te había olvidado, pero alguno copié como este, que refleja el cariño que tenías al pueblo: Casares tierra quebrada...... (en alguna entrada anterior ya lo tengo recogido.)
Feli, no hay palabras de consuelo para ti, solo decirte que no lo pudiste hacer mejor, siéntete orgullosa de tus cuidados y mimos a Domi porque él así lo quería. Me dijo en varias, muchas ocasiones que eras lo mejor que le había pasado en la vida, conocerte, que si volviese a vivir volvería a buscarte donde quiera que estuvieras para vivir la vida contigo.
A ustedes gracias a todos por el apoyo recibido, por vuestras muestras de cariño, no solo por acompañarnos hoy sino por haberos preocupado por él y por Feli estos dos años que ha durado la maldita enfermedad.
Ahora vamos a ir a la plaza a despedirle para hacer su voluntad, él surcará los cielos y sobrevolará nuestros tejados y cordilleras para velar por todos nosotros desde allí arriba. DEP.